Freud es considerado el autor del Psicoanálisis y uno de los pilares sobre los que se erigió la moderna Psicología.
Freud fue un autor controvertido dentro de la historia del pensamiento humano.
Freud fue el autor de conceptos como el Aparato Intrapsíquico, integrado por: el Ego, Súper Ego y el Ello.
Freud afirma que el equilibrio de estas tres instancias asegura la estabilidad psíquica del hombre, sus disfunciones, desajustes a falta de sincronización, son la causa de posteriores patologías.
El delito es una ausencia o debilidad del Súper Ego, un triunfo del Ello (principio del placer), o una mala estructuración del Ego, incapaz de controlar las fuerzas del Ello (instinto) o las exigencias sociales del Súper Ego (Normas, leyes, etc.).
Freud estudió la Hipnosis y sus posibilidades terapéuticas, así como la asociación libre de ideas que, junto a la interpretación simbólica de los sueños.
Freud es considerado un autor pansexualista, ya que analizó y estudio componentes comportamentales, psíquicos, sexuales y emocionales del hombre, como nunca antes nadie lo había hecho.
Freud estudió el Instinto Sexual, las Perversiones Sexuales (Parafilias), las conductas obsesivas-compulsivas, las Depresiones, los formatos neuróticos o la histeria, todos ellos, fuente imprescindible del saber criminológico.
Freud relacionaba el comportamiento delictivo con un poderoso sentimiento de culpa, sentimiento inconsciente derivado del complejo de Edipo, en el caso de los varones y de frustración fálica en el caso de mujeres, que precedería al acto criminal y explicaría su propia comisión.
Freud abordó aspectos y dimensiones del hecho delictivo con singular acierto: todo acto humano, el delictivo también, tiene un sustrato y una connotación sexual profunda (pansexualismo), la Libido (sexualidad instintiva, ubicada en la zona límbica cerebral) es un factor importante en la conducta humana y dos Instintos Principales pugnan dentro de cada individuo: Uno positivo, de carácter creador y sexual (Eros) y otro negativo de destrucción y muerte (Tánatos).
La evolución de la personalidad del individuo es paralela a la del instinto sexual, hasta el punto de que la libido se va localizando progresivamente en diferentes partes del cuerpo humano (zonas límbicas cerebrales).
La diferencia entre el neurótico y el criminal es que éste exterioriza su frustración, actúa y pasa a la acción, mientras que el neurótico generalmente imagina, pero no llega a hacer.
Freud estableció un claro paralelismo entre neurosis y criminalidad, entendiendo que ambos comportamientos responden a procesos psicoanalíticamente afines.
Cuando el paciente se libera del conflicto psíquico, desaparece la sintomatología física.
El cuarto hallazgo del Psicoanálisis es la Represión, a través de la cual el sujeto hunde, intenta anular, olvidar y, en suma, reprime, determinados afectos que se consideran poco éticos, como tendencias homosexuales.
La verdad o la mentira no tienen ninguna trascendencia para la Psiquiatría, lo realmente importante es como Vivencia el sujeto los hechos.
Eric Fromm centró sus investigaciones en la influencia ejercida sobre el individuo, por las estructuras sociales imperantes, con un particular enfoque antropológico, cultural y sociológico.
Aichnor es el primer autor que aplica un esquema psicoanalítico puro al análisis de la delincuencia juvenil, su aportación más destacada es el concepto de Delincuencia Latente: La predisposición delictiva no es un producto determinado en el momento del nacimiento del individuo, sino que se halla condicionada por una relación emocional a través de las primeras experiencias vitales y el impacto que ejerce el medio sobre el niño.
El desarrollo de algunos niños no sigue ese curso normal, de modo que continúan siendo asociales o simulan, tan solo su adaptación, generándose así un estado de “delincuencia latente”.
Freud vivió en la época de la estricta y encorsetada moral victoriana, sociedad puritana donde cualquier manifestación libre de las emocionas, era considerada una conducta desviada o amoral.
El primer escalón del Psicoanálisis es la Conversión o somatización, a través de la cual el individuo convierte algo psíquico, como un miedo concreto o un sentimiento de culpabilidad, en algo físico, como una parálisis.
Jung (1870-1961), padre de la denominada Psicología Analítica.
El segundo gran escalón del Psicoanálisis está constituido por los deseos incestuosos, la Catarsis, que supone la liberación emocional de nuestros más íntimos afectos, a través, normalmente de la hipnosis o la dramatización.
Un importante hallazgo del Psicoanálisis radica en los procesos de Trasferencia, relación cuasi amorosa, ambivalente (contratransferencia) que habitualmente se establece entre el paciente y el médico o entre el alumno y el profesor.
Adler (1980-1937), creador de la llamada Psicología Individual.
En ambos casos existe un conflicto mental profundo del Ego (hombre consciente) al intentar mediar entre el Súper Ego (el sometimiento a las normas sociales) y el Ello (los instintos), siendo el delito la expresión de la frustración o fracaso de la función mediadora del Ego y del desequilibrio intrapsiquíco.