Es una vaca que me dice: Cerrá la ventana, niño, veo la sierra y me pongo nostálgica. De pronto, estoy en el campo con muchos caballos y debo herrar herraduras, son muchas y tengo miedo de errar. Cuando termino mi tarea, le digo a mi caballo preferido: Vaya, vaya, corra tras las vallas porque él también estaba cansado y necesitaba distraerse.