7.1. La evolución población y ciudades Soc estamental>clases

Cards (35)

  • Evolución demográfica en el siglo XIX
    Cierto crecimiento, frente al estancamiento general de siglos anteriores
  • El crecimiento fue moderado comparado con países del entorno de mayor crecimiento económico, que llegaron a duplicar su población
  • Régimen demográfico antiguo
    Tasas de natalidad (34%) y mortalidad (29%) altas, propiciando un bajo crecimiento vegetativo
  • Excepción en zonas industriales como Cataluña, País Vasco o Madrid, que iniciarían a partir de mediados de siglo una cierta transición al régimen demográfico moderno
  • La acumulación de población en estas zonas más prósperas se debió al éxodo rural, motivado por la precariedad y los efectos de la desamortización iniciada por Madoz, además de las crisis de subsistencia
  • Crisis motivadas por las condiciones climatológicas o plagas, a veces agravadas por episodios epidémicos de tifus, cólera y fiebre amarilla, a las que añadir enfermedades cíclicas como viruela, tuberculosis, escarlatina, difteria y sarampión que fueron también responsables de la alta mortalidad en España
  • A mediados del XIX, la población española fue experimentando un aumento gracias a las mejoras en la alimentación, a los avances de la medicina preventiva y a la introducción de medidas higiénicas
  • El desarrollo urbano fue considerable durante el siglo XIX, pero no alcanzó las cotas de los países industrializados europeos
  • Entre 1850 y 1900 España duplicó su nivel de urbanización, mientras países como Alemania lo multiplicaron por cuatro
  • El crecimiento urbano estuvo ligado a las transformaciones que pusieran en marcha los gobiernos liberales, tal fue el caso de las desamortizaciones, como la llevada a cabo por Pascual Madoz, que favoreció un trasvase de población del campo a la ciudad
  • Ciertas reformas administrativas de los gobiernos liberales, como la reorganización provincial de Javier de Burgos (1833), dieron también impulso a las ciudades escogidas como capitales de provincia, que también experimentaron un crecimiento
  • El inicio de la industrialización y el aumento de la población propició un gran desarrollo de la urbanización obligando al derribo de murallas medievales para poder ampliar la ciudad y crear nuevas zonas
  • En estos procesos de reorganización urbana tuvieron especial importancia los ensanches, impulsados por la burguesía, barrios surgidos de la planificación urbana cuya característica principal era el plano ortogonal
  • Los ensanches impulsaron el negocio inmobiliario, generando mano de obra que permitía absorber a los inmigrantes procedentes del mundo rural
  • Se crearon nuevos arrabales, generalmente sin ningún tipo de planificación, para albergar a los obreros cerca de las fábricas
  • Todo ello fue obligando a la ampliación de infraestructuras como el alcantarillado o la recogida de basuras
  • La ciudad tuvo que adaptarse a los nuevos tipos de transporte, como el tranvía o el ferrocarril y se crearon grandes avenidas o vías de comunicación
  • En Madrid, en el último cuarto de siglo, se desarrolló el proyecto de Ciudad lineal, un modelo de organización urbanística ideado por el constructor y geómetra español Arturo Soria
  • A lo largo de este siglo se produjo el paso de una sociedad estamental a una de clases, aunque el proceso fue lento
  • Con la configuración del Estado liberal tras la muerte de Fernando VII, los estamentos desaparecieron al imponerse la igualdad jurídica, pues se puso fin a los privilegios
  • Igualdad jurídica
    • Todos pagaban impuestos
    • Eran juzgados por las mismas leyes
    • Gozaban teóricamente de los mismos derechos políticos
  • La nueva categoría jurídica de ciudadanos definiría la pertenencia a una clase social marcada por la igualdad de derechos ante la ley
  • La nobleza vio disminuir su influencia al perder sus privilegios, pero se adaptó a las circunstancias
  • El clero, en la sociedad liberal, perdió su principal fuente de ingresos, el monopolio de la enseñanza, y parte de sus bienes con las desamortizaciones
  • La burguesía fue la gran protagonista: la supresión de privilegios permitió legalmente la movilidad social, y con las desamortizaciones la posibilidad de ampliar su patrimonio
  • El progreso económico favoreció la aparición de una burguesía de negocios y acceder a altos cargos del Estado
  • La mediana y pequeña burguesía era mucho más plural que la clase alta en cuanto a posturas políticas, aunque, en general, partidaria de reformas que no pusieran en peligro su estabilidad
  • Las clases medias constituían entre el 5% y 10% de la sociedad
  • La gran mayoría de la población española pertenecía a las clases bajas
  • El mantenimiento de formas anacrónicas de propiedad (latifundismo) y de sistemas de producción arcaicos hizo que la vida del campesinado español fuera muy dura
  • A mediados de siglo cerca del 55% de la población agraria era jornalera, otro 11% arrendataria y un 34% propietaria
  • Las medidas adoptadas por el liberalismo acentuaron los conflictos agrarios manifestándose en ocasiones de forma violenta
  • El que esta agitación fuera duramente reprimida, explica el rápido desarrollo de las doctrinas comunistas y anarquistas en zonas agrícolas
  • Otro de los cambios sociales importantes del siglo XIX fue la aparición de la clase obrera industrial
  • El incipiente desarrollo de la industria atrajo a las ciudades a miles de trabajadores agrícolas, pero las largas jornadas laborales de 12 a 14 horas, los bajos salarios, la amenaza constante del paro y la explotación infantil, fueron generando la adhesión a doctrinas anarquistas contra el sistema