Estos tres grupos se dividieron los territorios novohispanos para llevar a cabo su misión: los franciscanos ocuparon el centro, el oeste y el norte; los dominicos, el sur y el sureste, y los agustinos, algunas regiones del sur y del oeste. Los jesuitas se integraron a esta labor en 1572, realizando una destacada misión evangelizadora en el norte de la Nueva España, especialmente durante los siglos xvii y xviii.