Cap1 de Checklist de Brage

Cards (28)

  • Podemos hacer a alguien la persona más feliz de la tierra; pero también podemos herir en lo más profundo
  • Todo amor encierra una promesa de felicidad que algunas veces no se cumple, por culpa de nuestra fragilidad
  • Necesitamos amar, pero hemos de aprender a hacerlo. Nadie nace sabiendo amar
  • ¿Y qué es amar?
    Lo primero que debemos saber es que amar no es lo mismo que estar enamorado
  • Estar enamorado es un sentimiento, y amar es un acto de la voluntad que, generalmente, pero no siempre, incluye también el sentimiento de estar enamorado
  • Estar enamorado es algo más que sentirse simplemente atracción física o afectiva por alguien
  • Se está enamorado cuando se siente sinceramente una atracción misteriosa y hermosa por una persona, con repercusiones en mi psique
  • El enamoramiento es algo que le sobreviene a uno, lo quiera o no lo quiera. No se elige el momento, ni la persona de la que se enamora. No hay un botón que se aprieta y ¡zas!, ¡enamorado!
  • No somos libres respecto al enamoramiento. Simplemente «sucede». Y ahí radica gran parte de su encanto, pues no sorprende como algo misterioso: «¿por qué él, por qué ella? ¿Por qué ahora?»
  • La expresión inglesa «to fall in love with» lo expresa bien, lo mismo que la otra española: «caer enamorado». Ambas transmiten la idea de algo involuntario. Te cae
  • Exactamente igual ocurre con el «desenamoramiento». Se puede estar sinceramente enamorado unos meses, y descubrir después, con toda sinceridad, y con gran pena, que ya no se está
  • Se puede estar enamorado de varias personas a lo largo de la vida (aunque no se puede estar sinceramente enamorado de dos personas distintas al mismo tiempo)
  • Los sentimientos son muy fluctuantes, también el enamoramiento. Hay personas que se enamoran perdidamente cada mes. Y todo esto ocurre sin que intervenga, en principio, mi voluntad
  • Es decir, desenamorarse, al igual que enamorarse, no es algo voluntario. Por lo tanto, si no está en mi mano que aparezca o desaparezca, parece claro que el enamoramiento es una realidad demasiado inestable para fundar una vida o un futuro sobre ella
  • Pero, ¡cuidado!, con esto no hacemos un juicio negativo del enamoramiento, ni de los sentimientos en general. No cabe duda de que el enamoramiento es un sentimiento bello y deseable. Conviene cultivarlo a lo largo de la vida
  • Además, el enamoramiento es la primera etapa del amor, y una etapa necesaria. Si no estuviéramos enamorados, no buscaríamos constantemente la presencia de la persona amada, no estaríamos ciegos para la mayoría de sus defectos, y difícilmente llegaríamos a conocerla y amarla
  • Añado «en principio» porque una persona que quiera ser fiel al amor siendo prudente en el trato, no permitiéndose confidencias personales ni conversaciones frívolas, cuidando el lugar y el tiempo que se pasa juntos, etc. Y al revés, si se descuidan esas cosas, uno corre el riesgo de intimar demasiado y acabar enamorándose de quien no debía y no quería enamorarse
  • Pero el amor es otra cosa, algo más
    Amar es elegir, querer amar. No es algo que «nos pasa», como el enamoramiento, sino algo que yo libremente elijo y persigo, poniendo en ello, con la ayuda y el compromiso de la voluntad, todo mi ser
  • El día que dos novios se casan, no se les pregunta si están enamorados. Tampoco se les pide que prometan estar enamorados todos los días de su vida, porque no está en su mano asegurar ese sentimiento, ni ningún otro, en el futuro
  • Lo que se les pide que querer entregarse mutuamente, y un compromiso de la voluntad. Es lo que prometen en alguna de las fórmulas del consentimiento: «Yo prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida»
  • Y eso sí está en su mano hacerlo, porque es un acto libre: querer amar
  • Por supuesto, es deseable que el amor arrastre también a los sentimientos, incluido el enamoramiento, que tan feliz nos hace y tanto facilita el amor. Por eso conviene cultivar ese sentimiento, por más que sea, muchas veces, fluctuante
  • Pero el compromiso no se apoya en él, sino en la elección libre de la voluntad: «Sí, quiero» se responde al sacerdote, en otro de los formularios para la boda, y no: «Sí, siento» o «Sí, estoy enamorado»
  • Y por eso es posible la fidelidad. Por encima de lo que los novios puedan sentir un día, está la libertad de cumplir las promesas. «Que lo que prometió el niño, lo cumpla el viejo», decía el poeta alemán Hölderlin
  • Aunque, por supuesto, aprender a amar con todas mis fuerzas implica educar mis sentimientos, para que sean coherentes con mi amor y mi entrega al otro. Esto supone cuidarlos de tales con el otro que hacen que mis sentimientos vayan por donde quiero que vayan, y no por otros sitio, de modo que pueda poserme cada vez más a mí mismo
  • De esta forma también el cuerpo y la afectividad se integran en ese acto de la voluntad que es el amor
  • Para amar a alguien hay que conocerle muy bien y, cuanto más le conozca, más le amaré. Y para conocer a alguien y amarle hace falta tiempo
  • En cambio, para enamorarse de alguien basta, a veces, una mirada, una impresión, un cruce de palabras. Por eso, para pasar del «estoy enamorado» al «te amo», para pasar del deseo a una elección que compromete, hace falta también tiempo. No unos días o una semanas. No, tiempo de verdad: cuatro, seis meses, un año, un año y medio