Un material graduado es capaz de contener, con lectura, determinados volúmenes de líquidos. Un material aforado cuenta con una o dos líneas de aforo garantizando tan solo una lectura precisa de volumen. La línea de enrase determina la cantidad de volumen a la que queramos llegar. La superficie de un líquido contenido en un tubo estrecho, como el cuello de un matraz, una pipeta o una bureta, presenta una marcada curvatura denominada menisco. La base o fondo de esa curvatura, o menisco, se usa como punto de referencia para la calibración y uso del material volumétrico con la línea de enrase.