Las buenas prácticas de laboratorio exigen el uso de piezas de vidrio limpias, dado que, aunque se tomen los mayores recaudos al completar los procesos, el empleo de instrumentos de vidrio sucios puede arrojar resultados erróneos. En todo momento, resulta fundamental que el material de vidrio se encuentre física y químicamente limpio y, en muchos casos, debe estar estéril. El material no debe tener ningún residuo de grasa. La grasa y otros materiales contaminantes impiden que se pueda humedecer el vidrio de forma uniforme. A su vez, esto altera el volumen de residuo que se adhiere a las paredes del recipiente de vidrio y, por lo tanto, afecta el volumen del líquido medido o suministrado. Además, en el caso de las pipetas y buretas, se distorsiona el menisco y no se pueden realizar los ajustes correctos. Es posible que la presencia de pequeñas cantidades de impurezas también altere el menisco.