AIE

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  • La ubicación de los animales en grupos pequeños separados puede ser beneficiosa para evitar la transmisión dentro de un establecimiento.
  • Los equinos infectados se convierten en portadores de por vida y deben permanecer aislados o ser sacrificados.
  • El riesgo de infección congénita es mayor si la yegua tiene signos clínicos antes de parir y los potros nacidos de yeguas infectadas deben ser aislados hasta que se determine que están libres de infección.
  • Se han probado vacunas contra el VAIE inactivadas y de subunidad en distintos laboratorios, que han mostrado capacidad de protección solo contra infecciones de cepas prototipo homólogas.
  • Durante un brote epidémico, la fumigación y el uso de repelentes de insectos pueden facilitar la interrupción de la transmisión.
  • La Anemia Infecciosa Equina (AIE, en inglés Equine Infectious Anemia EIA), es una enfermedad viral que afecta a los équidos a nivel mundial.
  • El agente causal de la Anemia Infecciosa Equina, pertenece al género Lentivirus, de la familia Retroviridae, subfamilia Orthoretrovirinae.
  • La enfermedad de la Anemia Infecciosa Equina se caracteriza por episodios febriles recurrentes, trombocitopenia, anemia, pérdida de peso y edema de las partes bajas del cuerpo; si no se produce la muerte en el curso de los ataques clínicos agudos, se produce una fase crónica y la enfermedad tiende a convertirse en latente.
  • Los veterinarios que detecten un caso de anemia infecciosa equina deben seguir las pautas nacionales y/o locales para la notificación y las pruebas de diagnóstico correspondientes.
  • Este artículo describe los aspectos más relevantes de la Anemia Infecciosa Equina.
  • Las competencias ecuestres nacionales e internacionales son potencialmente áreas de riesgo para la transmisión e infección de la AIE, es por ello que se deben extremar las medidas de control en la cual todos los équidos participantes deben obligatoriamente ser negativos al virus de la Anemia Infecciosa Equina mediante la prueba de Inmunidifusión en Agar Gel y confirmado por ELISA.
  • La AIE constituye una enfermedad latente y un desafío constante para los veterinarios dedicados a la actividad hípica.
  • No existe vacuna disponible para la AIE.
  • La variabilidad antigénica del Virus de la AIE es un serio problema que limita el control de la AIE.
  • El movimiento internacional de équidos y el comercio de esperma son los factores más importantes responsables de la difusión de diversos patógenos equinos.
  • La AIE debe notificarse ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), cumpliendo con los requisitos para la notificación de la enfermedad a las naciones miembro de la OIE, así como los veterinarios deben seguir las pautas nacionales y/o locales para la notificación y las pruebas de diagnóstico correspondientes.
  • Las pruebas precisas nos permiten identificar y eliminar los reactores positivos de rebaños y efectivamente bloquear la propagación de la AIE en las poblaciones analizadas.
  • La patología de la AIE adquiere importancia no solo en relación con las grandes pérdidas económicas que le ocasiona a los productores, ya que deben eliminar a los animales positivos, sino también por las limitaciones a las exportaciones, el comercio caballar y las actividades ecuestres.
  • Los factores que pueden hacer o tener el potencial de influir en la distribución mundial de las enfermedades infecciosas equinas incluyen: acuerdos comerciales multinacionales, enfermedades emergentes, la mutación de los agentes patógenos, los fenómenos relacionados con el clima, la migración de amplificar/reservorios o vectores, la disponibilidad de nuevos vectores, vacuna contaminación y agroterrorismo.
  • Muchos países tienen programas de control que requieren que los equinos sean evaluados para la AIE.
  • Las campañas de concientización y educación de la Anemia Infecciosa Equina son fundamentales para garantizar el éxito en el control de la Anemia Infecciosa Equina.
  • Los cambios climáticos asociados al calentamiento global pueden influir sobre la aparición y reemergencia de enfermedades infecciosas.
  • La modificación del régimen de precipitaciones puede tener un efecto a corto y largo plazo sobre el hábitat de los vectores, así como de su proporción.
  • La variabilidad interanual e interdecenal del clima tiene una influencia directa sobre la epidemiología de las enfermedades transmitidas por vectores.
  • Las enfermedades transmitidas por vectores tanto infecciosas como parasitarias se incrementan por los cambios climáticos en humanos y animales de manera paulatina a los cambios de clima, humedad y precipitaciones.
  • Los parásitos y los virus completan la incubación extrínseca en el interior del mosquito hembra en menor tiempo, aumentando la proporción de vectores potencialmente infecciosos.
  • Los experimentos de infección en animales de experimentación y experimentos de transmisión e infección en caballos fueron realizados en 1960.
  • El aumento de las precipitaciones puede incrementar el número de y calidad de criaderos de vectores tales como: mosquitos, garrapatas y caracoles, así como la densidad de vectorias.
  • En 1960, se iniciaron los primeros estudios para el diagnostico mediante la precipitación en agar gel de difusión y el test de fijación del complemento.
  • Acompañando los estudios citológicos mediante aspirado de medula ósea, paulatinamente se fueron realizando aportes hasta que se desarrolló el diagnostico de la Anemia Infecciosa Equina por el Test de Inmunodifusion en Agar Gel.
  • En los climas más cálidos, las hembras de mosquito digieren la sangre más rápido y se alimentan con mayor frecuencia.
  • Los primeros estudios del virus de la Anemia Infecciosa Equina fueron publicados en 1950.
  • Los anticuerpos precipitantes se producen rápidamente como resultado de la infección por la AIE y se pueden detectar mediante la prueba AGID.
  • El ELISA de competición y dos de los ELISA no de competición detectan los anticuerbos producidos contra el antígeno proteico del núcleo p26.
  • Las reacciones específicas se indican por las líneas de precipitina entre el antígeno de la AIE y el suero problema, y se confirman por ser idénticas a la reacción que se da entre el antígeno y el suero están dar positivo.
  • La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) se ha escrito para detectar el ADN provírico de la AIE en la sangre periférica de los caballos.
  • La prueba de inmunodifusión en agar gel, comúnmente conocida como la “Prueba de Coggins,” fue desarrollada por Leroy Coggins en 1972 y hasta el presente la Organización Internacional de Epizootias (OIE) la recomienda como método diagnóstico de elección.
  • Las pruebas precisas nos permiten identificar y eliminar los reactores positivos de rebaños y efectivamente bloquear la propagación de la EIA en las poblaciones analizadas.
  • Existen cuatro tipos de ELISA que han sido aprobados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para el diagnóstico de la anemia infecciosa equina y que están disponibles internacionalmente: un ELISA de competición y tres ELISA no de competición.
  • El tercer ELISA no de competición incorpora la proteína del núcleo p26 y los antígenos gp45.