Las primeras marcas voluntarias que el hombre deja de su existencia son las pinturas rupestres, que tienen una serie de características comunes: figuras incompletas y desproporcionadas, destacan caballos y bisontes, mezcla de especies, no hay peces ni pájaros, las figuras humanas son escasas, hechas esquemáticamente, destacan los puntos, zigzag y huellas de mano.