El poeta estalla en rebeldía en uno de sus libros más emblemáticos, donde el amor se presenta como defensa y acusación, incluyendo la pasión del amor homosexual, a la que se suma la marginalidad de estas experiencias. Sin embargo, no confiesa explícitamente su condición, abarca todos los amores imaginables. Cernuda destaca que el amor es el motivo que justifica la existencia, pero también reconoce su fin, siendo necesaria la muerte. El deseo, como vitalismo, intenta reparar los estragos del tiempo, pero no es más que un deseo romántico condenado al fracaso.