Antes de su unificación Austria y Francia predominaban políticamente y geográficamente en la península Itálica.
En 1820, sociedades secretas conocidas como carbonarios comenzaron a crear rebeliones para generar la unidad nacional.
El proceso de unificación es iniciado por el rey de Piamonte - Cerdeña, Victor Manuel II.
Victor Manuel II y Camilo di Cavour derrotan a Austria en 1866.
Cerdeña se alia con Napoleón III y se le anexan territorios en el norte que antes eran de Austria.
El personaje representativo de la unificación italiana fue Giuseppe Garibaldi, quien dirigió la lucha liberal en Nápoles y en Sicilia contra el rey Fernando II.
En 1870 los Estados Papales se disuelven y son anexados, junto con Roma, finalizando la unificación de Italia.