Intento de alterar el resultado de la transición española, trastocando de raíz la consolidación del joven sistema constituido en 1978
El golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 intentó alterar el resultado de la transición española
La transición española tras la muerte del general Franco ha sido motivo de admiración permanente
El proceso de transición no fue sencillo ni estuvo exento de dificultades
Desde un primer momento, los cambios que se pretendían contaron con la clara oposición de grupos pertenecientes al régimen franquista y de aquellos aparatos del Estado que veían amenazada su situación de privilegio
En la difícil búsqueda de un equilibrio consensuado y mayoritario entre las diferentes partes se alcanzaron cotas de moderación que difícilmente podían contentar a los extremos del abanico político del momento
Uno de los hechos que mejor refleja las dificultades del proceso fue la ejecución del golpe de 1981, en el que confluyeron las conspiraciones y tramas golpistas de todo tipo presentes en la transición
Causas de los golpes de Estado
Aspiración de algunos grupos de conseguir el gobierno, cambiar las políticas desarrolladas o transformar el régimen político, o la supuesta amenaza de su posición en determinada coyuntura histórica
Actores de los golpes de Estado
Fuerzas armadas o grupos gubernamentales con capacidad de movilizar determinados recursos de poder
Desarrollo de los golpes de Estado
Utilización de la violencia o la amenaza de la misma, sorpresa de la acción, precedido de una fase conspirativa, ruptura manifiesta del marco legal asaltado
Consecuencias de los golpes de Estado
En caso de éxito, implantación de una nueva legalidad y asunción de un nuevo principio legitimador, además de cambios de personas y normativa legal en el gobierno, instituciones y régimen en general. En caso de fracaso, alteraciones en el ritmo de todo proceso de cambio
La crisis del sistema franquista, agotado tras la muerte de su adalid y sometido a distintos grados de presión por la oposición interior y la comunidad internacional, se hizo evidente desde un primer momento para la propia clase política que lo sustentaba
Pese a que el régimen había hecho todo lo posible por asegurar su continuidad, la puesta en marcha de las reformas fue inevitable
La oposición, cuya presencia era cada vez mayor, el aumento de la conflictividad social y laboral, las expectativas abiertas en los países occidentales y la convicción del rey Juan Carlos sobre la necesidad de reformar el sistema, hicieron que la transformación del régimen fuera irremediable
La dimisión de Arias y la llegada de Adolfo Suárez al Gobierno dejaron claro que el desmantelamiento del franquismo era el horizonte a corto plazo
Actores en la transición española
Partidarios del cambio
Contrarios al cambio
Sectores contrarios al cambio en la transición española
Sector político radical del franquismo
Sector financiero y empresarial ligado al franquismo
Sector ideologizado de las fuerzas armadas
Los sectores más hostiles al cambio pusieron en marcha distintas estrategias con el fin de acabar con los cambios y retornar a la posición original
Blandos
Se mueven por la convicción de que el régimen del que forman parte, y posiblemente contribuyeron a implantar, es inviable y se deben articular formas de organización distinta
Duros
Cuando no rechazan lisa y llanamente todas las formas democráticas, asumiendo una fachada detrás de la cual puedan mantener incólume la naturaleza jerárquica y autoritaria de su poder
Grupos opuestos a la transformación del régimen franquista
Político
Económico
Militar
El número de involucionistas no era especialmente alto
La clase política, procedente del franquismo, buscó acomodo en partidos defensores del transito hacia la democracia
Muy pocos políticos ocuparon el espacio ultraderechista, portador de las esencias del franquismo
El apoyo popular a los grupos ultraderechistas fue menor todavía
Los sectores económicos y financieros se adaptaron perfectamente a la nueva situación, aunque mostraran reticencias a la extensión de la libertad sindical y rechazo al incremento de la conflictividad laboral
Las fuerzas armadas, salvo también un pequeño grupo, fueron leales al poder civil y su disciplina, en líneas generales, permitió una evolución más o menos pacífica
El ejército franquista se caracterizaba por poseer una ideología muy definida y por su disposición enormemente disciplinada
La mayoría de los protagonistas no tenía un proyecto definido sino que su elección se generó como resultado de la interacción entre distintos grupos
La lucha común del bloque involucionista se organizó a través de todo un entramado de organizaciones, pequeños partidos y asociaciones dirigidas por falangistas, tradicionalistas y militares ultras
La Confederación Nacional de Excombatientes destacó por encima de todos estos grupos, siendo elegido presidente José Antonio Girón
Los nostálgicos del franquismo fueron incapaces de articular un partido unitario y de atraer el favor del electorado
El fracaso de la vía electoral de la extrema derecha era evidente
El sector duro de las fuerzas armadas ejerció, en la medida de sus posibilidades, tanta presión como pudo a lo largo de todo el proceso
La extrema derecha llegó al convencimiento de que su única baza con posibilidad de éxito para evitar el definitivo desmoronamiento del régimen franquista pasaba por la presión al ejército con el fin de empujarlo a ejecutar un golpe de Estado
A partir de 1979, una vez reconocida la desorganización y confirmado el revés electoral, se optaría por "la estrategia de la tensión"
La nueva táctica elegida era consecuencia directa de la inadaptación de determinados sectores a unas nuevas circunstancias cuyas reglas de juego, además de no conocer, no respetaban
La coyuntura nacional se definía por la aguda crisis económica, la crisis política y la crisis territorial
l Alcázar, El Imparcial, Heraldo Español, Fuerza Nueva, Reconquista, etc. se encargarían de dar forma al proyecto golpista, tras definir una situación insostenible, considerándolo legítimo, necesario e inevitable
La nueva táctica elegida, además de pretender crear un clima de desestabilización que condujera a los militares a intervenir, era consecuencia directa de la inadaptación de determinados sectores a unas nuevas circunstancias cuyas reglas de juego, además de no conocer, no respetaban